ALGUNOS ARGUMENTOS...

Posted: by colectivosonsonete in




SOBRE EL PROCESO
El quehacer artístico y las obras de arte, poco a poco han tomado el paisaje urbano como territorio estético en donde se construyen las interacciones comunicativas, producto de la apropiación del objeto estético y la generación de significados individuales y procesos colectivos. La ciudad se ha trasformado en un gran espacio expositivo para las prácticas artísticas contemporáneas, sacando al escenario público las indagaciones o proyectos de los artistas y a su vez mostrando que el arte puede generarse en otros espacios que no sean las instituciones tradicionales.
La ciudad y sus diferentes localidades establecen dinámicas comunicativas y estéticas que determinan el afianzamiento de unas particulares redes simbólicas, las cuales crean sentidos culturales determinados. En ocasiones permiten transmitir lo que alguna comunidad o tribu urbana reverencian, y esto nos da una idea de cómo el ser humano repite patrones de comportamiento que se han visto a lo largo de la historia. 


En el periodo Paleolítico representaban el rito de la caza por medio de pictogramas, otorgando a estas imágenes características mágicas y rituales; en el periodo Paleocristiano utilizaban la imagen como medio de adoctrinamiento y comenzaron a darse cuenta como las características formales y cromáticas en la imagen inciden en el individuo; con la industrialización, la imprenta hace que la imagen se incluya como una parte vital del paisaje citadino, los carteles y anuncios publicitarios inundan las calles y comienza la conquista de los ciudadanos por medio de la imagen repetitiva. Es precisamente este ultimo canal de información el que nos inquieta y nos permite de alguna forma establecer un lenguaje claro y porque no, efímero.



Las calles de Bogotá están decoradas por miles de artistas, algunos anuncian partidos políticos, lugares de formación académica, alquiler de servicios u objetos, y la compra y venta de materiales, por mencionar unos pocos, este tipo de ornamento nos acompaña en las caminatas o cuando vamos viajando en un autobús y de alguna forma aliviana o sobrecarga nuestra rutina, que la convierte en una tradición de observación. Los muros que son empapelados una y otra vez, se convirtieron en los nuevos lienzos, las veladuras de estas, dejan ver los antiguos trazos, marcas e intervenciones a las que son expuestas y de esa forma nos remarca la necesidad de información a la que estamos ya acostumbrados, sin pedirlo.